lunes, 21 de noviembre de 2011

Vigilados en la oficina

Microsoft ha presentado una solicitud de una patente que permite el rastreo de la conducta de los empleados. La empresa americana contará para su desarrollo con la tecnología Kinect.
A través del sistema, el departamento de recursos humanos puede rastrear la actividad de los empleados en el ordenador, llamadas de teléfono e incluso la conducta física: desde los gestos, a la vestimenta o las conversaciones. Si algo se sale de lo establecido inicialmente por el departamento, el sistema alerta de la alteración de esta conducta.
Se podrían establecer unos parámetros determinados de conducta y en el caso de que el sistema recogiera una anomalía en el comportamiento preestablecido de los trabajadores, alertaría al departamento.
En la documentación de la patente se alude a que se trata de promover conductas establecidas por la compañía, algo muy positivo: una mayor confianza de los jefes y aumentos salariales para los empleados. Pero la idea de un control absoluto en aras de la tecnología no convence a muchos y sus límites legales tampoco estarían del todo claros.
Los datos que proporciona el sistema son el tiempo dedicado al correo, a la navegación y a los procesadores de texto. También puede detectar si el empleado viste adecuadamente y conocer los gestos y conversaciones que mantiene. Es ahí donde entraría la tecnología Kinect.
Como se ha citado anteriormente, en la documentación de la patente se intenta dejar claro que el beneficio de empresa y trabajador gracias a esta medida será mutuo. Personalmente considero que la medida, sí puede aportar beneficios profesionales, tanto a la empresa como al empleado, sobre todo a la hora de hablar de productividad, pero atenta contra los derechos individuales de intimidad y privacidad.

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